Los insectos tienen dos tipos de ciclos de vida muy diferentes. Algunos insectos pasan por una “metamorfosis completa” en la que salen de sus huevos como larvas, en forma de oruga, con piezas bucales construidas para comer. A medida que comen y crecen van fabricando un capullo hasta formar una pupa. Dentro de ese capullo o crisálida, el insecto experimentará un cambio físico completo. Cuando emerge de la crisálida, ya es un insecto adulto. Este es el ciclo de vida de las mariposas, las polillas y muchos otros insectos.
El propósito de este cambio permite que el insecto utilice varias fuentes de alimentación. Al principio como una oruga puede comer hojas y ya cuando emerge la mariposa adulta, entonces puede recolectar el néctar de las flores. Además puede sobrevivir durante el invierno protegida dentro de su capullo.
Otros insectos eclosionan como una versión reducida de su forma adulta. A medida que crecen, expulsan un duro exoesqueleto y desarrollan otro, pero esta vez más grande. Estas etapas se conocen como “estadíos” y para que dichos insectos alcancen el tamaño adulto, deben pasar por varios de ellos. El proceso se conoce como “metamorfosis incompleta” y es típico de los insectos como saltamontes y cigarras.