Ciclo de los nutrientes

image201Los ecosistemas están constituidos por seres vivos (bióticos), como las plantas, los animales, bacterias diminutas (microorganismos) y seres no vivos (abióticos) como las rocas, el agua, el aire y la luz solar.

Un ecosistema necesita un equilibrio de cosas vivas y no vivas. Con suficiente luz solar, temperaturas cálidas, agua y nutrientes del suelo, las plantas pueden crecer y desarrollarse. Muchas plantas se han adaptado a vivir a la sombra, con muy poca agua y con bajas temperaturas.

Las plantas que crecen en un ecosistema, a su vez, apoyan la vida animal y producen energía con la luz solar, impulsado la fotosíntesis. Luego pasan esa energía a los animales que se alimentan de ellas, al igual que los animales que son comidos por otros animales y la trasmiten nuevamente.

La energía fluye a través de un ecosistema a medida que un animal se come a otro animal o a una planta. Esto se denomina la cadena alimentaria y es la encargada de mostrar “quién se come a quién” en un ecosistema. Por ejemplo: Las hojas sirven de alimento a una oruga, que es comida por un ave, que a su vez es comida por un halcón. La energía fluye a través de la cadena alimentaria, desde la planta a un animal, y luego a otro.

Cada parte de la cadena alimentaria tiene un nombre. Las plantas hacen (producen) su propia comida utilizando agua, luz solar y dióxido de carbono (fotosíntesis). Existen más plantas que cualquier otro ser vivo, ya que son la base de la cadena alimentaria y proporcionan la energía para todo lo demás. Por tanto, las plantas son los productores u organismos autótrofos (que se auto-alimentan).

Los animales como insectos, ratones, ardillas, conejos, ciervos, entre otros, que se alimentan principalmente de plantas se llaman herbívoros. Hay menos herbívoros que plantas porque cada herbívoro necesita una gran cantidad de materia vegetal para vivir y como comen plantas, una parte de la energía se pierde en calor. Los herbívoros se alimentan directamente de los productores y son los consumidores primarios.

Los animales como arañas, aves, serpientes, entre otros que se alimentan de otros animales, son los consumidores secundarios. Hay menos consumidores secundarios que consumidores primarios, ya que cada consumidor secundario tiene que comer una gran cantidad para vivir.

Animales como los zorros, coyotes, águilas y búhos que comen consumidores primarios y secundarios, son carnívoros, es decir, consumidores de carne y terciarios. Existen menos consumidores terciarios que consumidores secundarios, ya que cada consumidor terciario tiene que comer una gran cantidad de consumidores secundarios para vivir.

Debido a que hay menos animales a medida que se asciende en la cadena alimentaria, esto se convierte realmente en una pirámide alimenticia, con grandes carnívoros que necesitan comerse a la mayoría y de paso, son los más raros del reino animal. Como los animales verdaderamente se alimentan de muchas cosas, la cadena alimenticia se compone de muchas piezas comunes, de modo que se convierte en una red alimentaria.

Por último, pero no menos importante, están los descomponedores (hongos y bacterias) y los consumidores residuales (insectos), que se alimentan de animales muertos y plantas que liberan sus nutrientes en el suelo. En un ecosistema no se desperdicia nada.

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